18 de agosto de 2010

Una enfermedad también de países pobres

Una investigación publicada por la revista médica británica The Lancet asegura que la comunidad internacional debe descartar la noción del cáncer como "una afección de ricos" y en su lugar establecer la prioridad de una estrategia global contra su propagación, similar a la que existe para el VIH.
El uso de fármacos genéricos, las campañas de educación a la población y una mejor formación para médicos y trabajadores comunitarios podrían ser un arma efectiva para luchar contra los dos tercios de los 7,6 millones de fallecimientos que cada año ocurren en el mundo debido al cáncer y que tienen lugar en países con ingresos medios o bajos.
En 1970, sólo el 15% de los nuevos casos mundiales se registraban en las naciones pobres, pero esta cifra aumentó al 56% en 2008 y se espera que crezca hasta el 70% en 2030.
Una serie de iniciativas podrían comenzar a cambiar esta tendencia: el consumo de tabaco, un gran factor de riesgo en muchos cánceres, aumentó en las naciones en desarrollo -ahora mercado objetivo de las tabacaleras-, de forma que las campañas antitabaco podrían ayudar a reducir la enfermedad, como también podría tener un impacto significativo la educación para promover la detección precoz y el sometimiento a pruebas de detección.O campañas como la vacunación contra el papiloma (para prevenir el cáncer de cervical) o la hepatitis B (para prevenir el de hígado).
Ambas son demasiado caras para que las poblaciones de países de ingresos medios o bajos puedan permitírselas en la actualidad