5 de julio de 2012

Método de análisis de conflictos éticos en la práctica asistencial


En toda relación clínica han de tomarse decisiones en condiciones de incertidumbre, lo cual requiere razonabilidad y prudencia. ¿Cómo hacer esto de la mejor manera posible?: deliberando.

Las dos propuestas metodológicas con más éxito en la aplicación de la bioética han sido la casuista y la
principialista, con contenido similar y diferente fundamentación.
En este trabajo se aplican dichas propuestas a un caso práctico en el que se plantea la retirada de un tratamiento de soporte vital.
El análisis se hace en cuatro pasos: el primero es realizar, desde la no maleficencia, la valoración clínica
de la indicación o indicaciones para intervenir médicamente.
El segundo momento nos remite al principio de justicia o a los rasgos contextuales, procurando un
reparto equitativo de los recursos sanitarios.
El tercer paso hace referencia al principio de autonomía, el de las preferencias de los pacientes. Este principio es el último desvelado en las relaciones sanitarias y, probablemente, el que mayores conflictos plantea. El respeto a la autonomía del afectado implica la consideración de tres aspectos: capacidad, información y voluntariedad. 
El cuarto y último paso aborda el principio de beneficencia o de calidad de vida. Este criterio va indefectiblemente ligado a las preferencias del propio paciente y, además, su contenido general incluye que la
práctica sanitaria trata de promover el bien, asistir y curar las enfermedades, promover y mantener la salud,
aliviar el dolor y el sufrimiento, evitar la muerte prematura y velar por una muerte en paz.