28 de febrero de 2013

Gestión privada: ¿más eficiente? Sergio Minué Lorenzo Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

En cualquier caso, y siguiendo a Albreth, cualquier proceso de privatización debería tener en cuenta ciertas consideraciones:

• La atención sanitaria no debería ser considerada como una mercancía más.
• La privatización es un proceso que requiere definir claramente los objetivos que alcanzar en materia de política sanitaria.
• La privatización de la provisión o el aseguramiento supone siempre una amenaza potencial a la equidad y accesibilidad a los servicios sanitarios, que debe ser controlada.
• El núcleo fundamental del sistema sanitario debería ser financiado públicamente, independientemente de que la provisión sea de un tipo u otro.
• La privatización de la provisión, los seguros o las instalaciones necesitan ser reguladas, monitorizadas y evaluadas bajo los mismos términos que sus equivalentes públicos.
• Es imprescindible garantizar la rendición de cuentas sobre recursos públicos, aún más necesario en la situación de crisis actual. La existencia de mecanismos de transparencia y evaluación del desempeño de los proveedores sanitarios, públicos o privados, debería considerarse una prioridad esencial en cualquier sistema sanitario.