24 de marzo de 2014

Whatsapp no se puede utilizar con los pacientes

Rafael Pardo, en su blog Perdidos en Pandora, expone que las comunicaciones no cifradas entre profesionales de la salud y pacientes, como por SMS o Whatsapp o Telegram; no son válidas. 
  • No se puede realizar un diagnóstico no presencial, pero sí una valoración u orientación diagnósticas; 
  • se tiene que identificar de manera unívoca quién está en ambos extremos de la comunicación; 
  • los datos tienen que estar cifrados, al igual que el dispositivo; 
  • la ruta que siguen estos datos tiene que ser trazable, 
  • se tiene que conocer dónde físicamente se almacenan estos datos; y si el almacén de datos está fuera de la Unión Europea, saber si existe algún tipo de acuerdo de reciprocidad de protección de datos con la UE. 

La conclusión es que Telegram, como Whatsapp, puede ser una herramienta cuya funcionalidad y usabilidad para teleconsulta no ofrece lugar a dudas, pero jurídicamente no se puede usar para dicho menester en territorio de la Unión Europea. Y pese a quien le pese, es mucho más confiable desde un punto de vista estrictamente jurídico Whatsapp que Telegram.


Dentro de las modalidades de voz fija tenemos RTC (por Red Telefónica Conmutada), los sistemas de teléfonos de toda la vida y VoIP (Voz sobre IP). Dentro de las modalidades de telefonía móvil tenemos GSM (Global System for Mobile) donde se digitaliza y cifra la voz en origen, pero sin embargo no se usa un protocolo IP, y VoIP cuyo funcionamiento es similar al de su contrapartida de telefonía fija.

Cabe decir que cuando un usuario / ciudadano / paciente se comunica con un centro de salud, sea público o privado, usa las comunicaciones que tiene a su disposición, es decir, sin cifrar, y sea cual sea el origen de la llamada por parte del ciudadano, habrá un número con una numeración determinada en el lado del proveedor de servicios de salud.

Claro, el ciudadano puede llamar desde su número fijo de casa, puede usar VoIP como Skype con saldo para llamar a un número de teléfono convencional, puede usar su movil con su número convencional, puede usar servicios basados en web/app como FonYou o uno super-novedoso de Ashley-Madison para iPhone y Android- sí, sí, los de la web de infidelidades- que por un módico precio se puede contratar un número de teléfono de cualquier parte del mundo para hacer y recibir llamadas...

En conexiones RTC, la trazabilidad la tenemos garantizada, así como en el caso de las centralitas telefónicas VoIP de los centros sanitarios -aunque tengo mis dudas si la central es del tipo virtual, ya que la electrónica no está físicamente en el centro- pero, ¿y en el caso del paciente?

Si llama desde casa por RTC, se puede trazar. Si llama por VoIP, en función del proveedor, puede o no ser trazable la comunicación. En el caso de Skype, puede ser imposible trazar la llamada desde el terminal al gateway de conexión a la red telefónica convencional.

Si se llama por GSM, la comunicación puede ser trazable, mientras que VoIP, se comporta como el caso de red fija.

Mención aparte la tienen los buzones de voz, pues no he visto en las condiciones de uso de las compañías telefónicas ninguna cláusula que indique dónde se guardan dichos mensajes.

Así pues tengo claro que:
  • las comunicaciones no van cifradas.
  • hay dudas sobre la trazabilidad de las comunicaciones VoIP con origen en el ciudadano.
  • hay dudas sobre la trazabilidad con las centralitas VoIP virtuales que están disponibles comercialmente y que por costo, puedan estar operando en centros pequeños.
  • hay dudas en la identificación unívoca en ambos extremos de la comunicación, sobre todo en el lado del ciudadano.
  • pero nadie pone en duda el uso del teléfono como elemento de comunicación universal con un centro sanitario para prestación de servicios de consulta y orientación.
  • Tras examinar la Ley General de Telecomunicaciones, y en particular los artículos 33 -secreto de las comunicaciones- y 34 -protección de datos de carácter personal- entiendo que podemos hacer la misma comparación que hice en los post de Whatsapp y Telegram para ver hasta que punto el uso del teléfono como tal es pertinente en un entorno clínico.