20 de abril de 2014

Cannabis, setas alucinógenas, cocaína y éxtasis son algunas de las sustancias prohibidas en nuestro país con más adeptos, según la encuesta anual del Ministerio de Sanidad

Por detrás del cannabis, la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas o «speed», los alucinógenos, las setas mágicas, la ketamina y la heroína son las ocho drogas ilegales con más adeptos en nuestro país.





También es dañino para el feto durante el embarazo y para el bebé en la lactancia. Por si fuera poco, está constatada la potencialidad de esta droga como elemento desencadenante de psicosis y cuadros alucinatorios en personas con riesgo a padecerlos.
La cocaína es la segunda sustancia más consumida. Los riesgos que trae su consumo son múltiples. Puede producir hemorragias nasales, problemas respiratorios y alteración del sueño, entre otras cosas.
Uno de sus efectos más perniciosos son las complicaciones psiquiátricas que puede conllevar su consumo: crisis de ansiedad y disminución de la memoria y de la capacidad de concentración.
En tercer lugar, se encuentra el éxtasis. Según la FAD, después de unas horas de su ingesta, la euforia inicial da paso a un estado de agotamiento, tristeza, ansiedad y agresividad.
El éxtasis puede provocar la aparición de toxicidad aguda, muy rara pero grave además de insuficiencias renales y hepáticas.
También puede abocar a riesgos psicológicos, como crisis de ansiedad o alteraciones psicóticas.
La anfetamina o speed provoca el aumento de la temperatura del cuerpo y puede causar irritabilidad e incluso la muerte. Puede dar lugar a depresiones severas y esquizofrenia.
Los alucinógenos conllevan a trastornos de depresión y ansiedad y también se pueden presentar episodios depresivos graves y cuadros psicóticos de tipo esquizofrénico.
Las setas mágicas las consume el 0,4 % de la población española y pueden provocar importantes alteraciones psicológicas, como crisis de pánico e inestabilidad emocional.
La ketamina puede llevar a la pérdida total de consciencia o coma además de la muerte con un alto consumo. También a un "mal viaje": crisis de pánico y sensaciones muy desagradables como flashbacks o paranoias.
La heroína puede provocar alteraciones de la personalidad y presenta una enorme dependencia que hace que la vida del consumidor gire en torno a ella.